TRABAJO DE CAMPO 2
Dr. Oscar López. Cáncer en el anciano.Suat. [revista en la Internet].
2012 [citado 2012 Feb 07] ; 12(2): 231-242. Disponible en: http://www.suat.com.uy/consejo-medico/100-cancer-en-el-anciano/#
He seleccionado
este artículo de revista de internet porque me ha parecido muy novedoso y con
datos e información muy útil tanto para ciudadanos
como para profesionales sanitarios, pero también como una articulo muy útil para
la población que quiere estar informada del cáncer, ya que cada vez son más frecuentes en todo tipo de población en
general los tumores.
El 4 de febrero se conmemora el Día mundial
contra el cáncer.
Es una de las principales causas de mortalidad en todo el mundo y la
Organización Mundial de la Salud (OMS) calcula que, sin intervención alguna, la
cifra de fallecidos por esta enfermedad podría ascender hasta 84 millones de
personas entre 2005 y 2015.
Por este motivo, SUAT considera sumamente
importante tratar el tema con seriedad y brindar la mayor cantidad posible de
información. En esta oportunidad, se hará foco en la presencia de esta afección
en los ancianos.
A medida que mejoran las condiciones de vida en la mayoría
de los países del mundo, aumenta la esperanza de vida y, con esto, el riesgo de
tener una enfermedad neoplásica maligna. El cáncer es la segunda causa de muerte en los mayores de 65 años, luego de las
enfermedades cardiovasculares. La mortalidad por causas cardiovasculares ha
declinado en los últimos 10 años mientras que la que está relacionada al cáncer se mantiene estable. Si la tendencia
actual continúa, el cáncer
será la principal causa de muerte en este grupo etario en los próximos 20 años.
Estudios recientes demuestran que esta enfermedad es más frecuente en los
ancianos con buen estado funcional y bajo nivel de comorbilidad. Por lo tanto,
el control del cáncer
podría mejorar significativamente la expectativa de vida de esta población. La
incidencia de neoplasias malignas aumenta a medida que los países alcanzan
mayores niveles de desarrollo económico y social llegando a un 70% en
comparación con menos del 60% en los países subdesarrollados. Se estima que el
43% de los adultos mayores de sexo masculino y el 30% de los de sexo femenino
desarrollarán cáncer.
En
cuanto a las neoplasias más habituales en hombres mayores de 65 años se
encuentra el cáncer
de próstata, pulmón, colorrectal
-colon, recto y apéndice-, vejiga urinaria y estómago. En las mujeres suelen
desarrollarse los siguientes: cáncer de mama, colorrectal, estómago y cuerpo uterino.
En relación a los tipos
de cáncer que con más frecuencia
producen mortalidad, varían según la edad y el sexo.
Se considera necesario mantener los
criterios de prevención en los adultos mayores. La prevención primaria involucra
la eliminación de los carcinógenos ambientales o la administración de
sustancias que pudieran detener la carcinogénesis -quimioprevención-. Este tipo
de prevención podría ser efectivo en individuos añosos, dado que la
carcinogénesis y el envejecimiento interactúan en diferente nivel. El 35% de
las muertes por cáncer
en el mundo son atribuibles a factores de riesgo potencialmente modificables:
tabaco, alcohol, dieta, exposición solar, radiaciones ionizantes, carcinógenos
ocupacionales, contaminación atmosférica, agentes infecciosos, diversos
aspectos de la vida social y reproductiva, herencia y nivel socio-económico. La
prevención secundaria implica el tamizaje de individuos en riesgo antes
que el cáncer
sea clínicamente manifiesto; involucra una fase preclínica así como las
lesiones premalignas. El cáncer puede ser detectado durante esta fase preclínica mediante el screening de
individuos en riesgo. La detección precoz podría asociarse a una durabilidad
del punto de vista quirúrgico y a una disminución de las muertes vinculadas al cáncer. Sin embargo, poco se sabe acerca de los
riesgos y beneficios del screening del cáncer en el adulto mayor. Las estrategias de este método deberían adaptarse a
las características individuales del paciente en cuanto a la comorbilidad,
función, expectativa de vida, valores personales y tipo de cáncer a tamizar.
Si bien la presencia de
comorbilidad aumentaría la oportunidad de recibir el screening, debido al mayor
número de consultas médicas que impone, ésta en forma aislada no es útil para
la toma de decisiones. Por otro lado, dado que el estado funcional es el que
define la salud en el adulto mayor y es mejor predictor de longevidad que la
comorbilidad, éste debería ser más considerado cuando se recomienda el
screening en los ancianos. Teniendo en cuenta este último concepto, la
implementación de este método se podría basar en la limitación de las
actividades elementales de la vida diaria. Las decisiones acerca del screening
necesitan una estimación más precisa de los riesgos y beneficios de manera
individualizada. La comorbilidad y el estado funcional son los indicadores más
apropiados de la expectativa de vida en comparación con la edad cronológica.
Por lo tanto, la expectativa de vida sería un parámetro a tener en cuenta a la
hora de tomar decisiones de tal forma que de ser menor a 5 años debería excluir
el screening y visceversa. Se sabe poco acerca de los beneficios y los daños de
este sistema en los adultos mayores. Una vez que la enfermedad es planteada
como un problema de relevancia, cabe tener en cuenta otros factores para que el
screening sea exitoso: la mayor duración del período preclínico mejora la
posibilidad de detección.
La búsqueda dirigida del cáncer en individuos asintomáticos se solicita con la esperanza de detectar la
enfermedad en etapas más tempranas y para que sea posible su cura. Solamente
la búsqueda activa y la detección precoz del cáncer colorrectal, cérvico-uterino y de mama han demostrado ser efectivos en los
adultos mayores.
En la actualidad todos los tests de
screening tienen algún efecto dañino potencial; es importante recordar que este
sistema podría beneficiar únicamente a un pequeño porcentaje de individuos. Por
otra parte, el tiempo del intervalo del screening y los beneficios en la
sobrevida es discutido, ya que sólo los cánceres precoces asintomáticos son los
que se benefician con la implementación temprana. Por eso es necesario informar
al paciente sobre los riesgos y beneficios del empleo de este sistema. Son
necesarios más ensayos clínicos para demostrar el costo-eficacia del screening
en los ancianos. Los médicos y adultos mayores necesitan informarse sobre estos
temas para que las decisiones individuales sean adecuadas.
Tanto la prevención
primaria como la secundaria podrían mejorar el control de cáncer entre las personas de edad avanzada. El uso de la quimioprofilaxis debe
ser evaluado teniendo en cuenta la relación riesgo-beneficio. Es razonable
realizar el screening de cáncer de mama y de colon en personas con una expectativa de vida de 5 años o
más.
SUAT promueve
una vez más el control precoz además de la prevención de las enfermedades
mediante el ejercicio físico y una dieta balanceada, de tal forma de obtener un
estilo de vida saludable. Si las dudas persisten en cuanto al tema tratado,
puedes consultar con un especialista.
Almudena Escribano Ruiz
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