De Paz Diaz  A. Iatrogenia y uso de fármacos. En: Guillén Llera F, Pérez del Molino J, editores.Síndrome y cuidados en el paciente geríatrico.2ªed. Barcelona: Elsevier Masson; 2008.P.587-600
He escogido esta bibliografía por su clara sencillez a la hora de explicar el tratamiento y seguimiento de los pacientes.
Tratamiento
Los pacientes deberían ser valorados para recibir tratamiento por patologías, independientemente de la edad. 
La intención de un tratamiento oncoespecífico puede ser radical, complementario o adyuvante, o paliativo. Desestimar un tratamiento radical o adyuvante no necesariamente implica descartar el paliativo. De igual manera, es importante aclarar que tratamiento oncológico paliativo no es sinónimo de tratamiento sintomático.
Antes de indicar un tratamiento, hay que valorar la posible toxicidad asociada, teniendo en cuenta la reducción en la reserva funcional del paciente de edad avanzada. Hay que vigilar especialmente la función cardiaca y renal, el riesgo de deshidratación y la toxicidad hematológica. Las mayores dudas surgen en los tratamientos adyuvantes, cuando la intención de evitar recidivas debe hacerse considerando una toxicidad asumible.
Destacar la importancia de una enfermería especializada, bien formada, para dar soporte al tratamiento y al manejo de las toxicidades más habituales.
Insistir en la prevención, diagnóstico y tratamiento de los síndromes geriátricos: desnutrición, cuadro confusional agudo, deterioro funcional, caídas, etc.
Respecto al manejo estrictamente sintomático del paciente, no se considera necesario elaborar guías específicas. Se propone estimular la aplicación de las ya existentes para otros grupos de edad y, en cualquier caso, adaptarlas.
Las Unidades de Cuidados Paliativos pueden intervenir en:
casos de dificultad en el control de síntomas con independencia 
del tratamiento que esté recibiendo el paciente.
colaborar en situaciones de dificultad de comunicación con familiares por ejemplo, ayuda en el proceso de dar malas noti
cias.
aportar su conocimiento de escalas de pronóstico vital para 
ayudar a tomar decisiones.
Soporte ante la aparición de dilemas o conflictos éticos.

Seguimiento
Hay que establecer circuitos de derivación organizados en función de los recursos disponibles en cada área.
Si tras la valoración oncogeriátrica se determina que el paciente es candidato a recibir un tratamiento exclusivamente sintomático, se establecerá en función del grado de complejidad, qué profesional debe asumir el seguimiento del paciente: Atención Primaria, Geriatría, Unidades de Cuidados Paliativos hospitalarias y Unidades de Atención Domiciliaria. La intervención de la Unidades de Cuidados Paliativos queda limitada a pacientes que cumplan determinados criterios de complejidad. En función de los síntomas a controlar, se propone:
                      Paciente con  síntomas controlados, derivación a Atención Primaria.
                      Paciente que requiere atención específica, derivación a Geriatría.
                      Paciente complejo con síntomas mal controlados, derivación a unidades hospitalaria de Cuidados Paliativos o servicios de atención domiciliaria.